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2019-07-10 21:24:30
Los cinco mitos detrás de la autocompasión

Actualmente hay un cuerpo de investigaciones impresionante y creciente que demuestra que relacionarnos con nosotros mismos de manera amable y amistosa es esencial para el bienestar emocional. No sólo nos ayuda a evitar las consecuencias inevitables de la dura autocrítica, la depresión, la ansiedad y el estrés, sino que también engendra un enfoque más feliz y esperanzado de la vida.

 

Más específicamente, la investigación demuestra la falsedad de muchos de los mitos comunes acerca de la autocompasión que nos mantienen atrapados en la prisión de la autocrítica implacable. Aquí exponemos cinco de ellos:

 

MITO 1 – La autocompasión es lastima

 

Uno de los mayores mitos sobre la autocompasión es que significa sentir lástima por uno mismo. Sin embargo, la investigación demuestra que las personas autocompasivas son menos propensas a ser absorbidas por pensamientos de autopena sobre lo mal que están las cosas. Esa es una de las razones por las que las personas autocompasivas gozan de mejor salud mental.

Un estudio realizado por Filip Raes en la Universidad descubrió que las personas con mayores niveles de autocompasión tienden a darle menos vueltas a sus desgracias. Raes comprobó que esa menor tendencia a la rumiación ayudaba a explicar por qué los participantes autocompasivos reportaban menos síntomas de ansiedad y depresión.

MITO 2 – La autocompasión significa debilidad

Los investigadores están descubriendo que la autocompasión es una de las fuentes más poderosas de afrontamiento y resiliencia que tenemos disponible. Por ejemplo, cuando pasamos por grandes crisis vitales la autocompasión parece marcar la diferencia en nuestra capacidad para sobrevivir e incluso prosperar.  

David Sbarra y sus colegas de la Universidad de Arizona examinaron si la autocompasión ayuda a determinar cómo se adaptan de bien las personas a un divorcio. (…)

Los investigadores descubrieron que los participantes que mostraron más autocompasión cuando hablaban de su ruptura evidenciaron un mejor ajuste psicológico al divorcio en el momento, y que este efecto persistió nueve meses más tarde. Los resultados se mantuvieron incluso cuando se controlaron otras explicaciones posibles,como los niveles iniciales de autoestima de los participantes, el optimismo, ladepresión o el apego seguro.

MITO 3 – La autocompasión me hará complaciente

Tal vez el mayor bloqueo a la autocompasión es la creencia de que va a socavar nuestra motivación para hacer las cosas mejor. La idea es que, si no nos criticamos a nosotros mismos por no estar a la altura de nuestros estándares, vamos a sucumbir automáticamente al derrotismo perezoso. Este tipo de respuesta cuidadora nos ayuda a mantener nuestra auto-confianza y a sentirnos emocionalmente apoyados.

MITO 4 – La autocompasión es narcisista

En nuestra cultura una autoestima elevada requiere destacar sobre la multitud, ser especial y estar por encima de la media. El deseo de vernos a nosotros mismos superiores ala media, sin embargo, para conseguir y mantener ese elusivo sentimiento detener una alta autoestima, puede conducir a un comportamiento francamente desagradable.

Pero la autocompasión es diferente de la autoestima. A pesar de que los dos están estrechamente vinculados con el bienestar psicológico, la autoestima es una evaluación positiva de la autovalía, mientras que la autocompasión no es un juicio o una evaluación.

La autoestima también es inherentemente frágil, rebotando arriba y abajo conforme a nuestro último éxito o fracaso. Pero la autocompasión está siempre ahí para nosotros,es una fuente confiable de apoyo, incluso cuando nuestra suerte se ha estrellado. Todavía nos duele cuando se ha herido nuestro orgullo, pero podemos ser amables con nosotros mismos, precisamente porque nos duele. «Uau, eso ha sido bastante humillante, lo siento mucho. Sin embargo, está bien, estas cosas pasan«. (…)

MITO 5 – La autocompasión es egoísta

 

Muchas personas son suspicaces con la autocompasión porque la confunden con el egoísmo. Sin embargo, un creciente cuerpo de investigación indica que la auto-compasión ayuda a las personas a mantener el acto de cuidar a los demás.

Por ejemplo, parece que los consejeros y terapeutas auto-compasivos son menos propensos a experimentar el estrés y el agotamiento del cuidador; que están más satisfechos con sus carreras y se sienten con más energía, felices, y agradecido por ser capaz de marcar una diferencia en el mundo. (…)

Cuando nos ocupamos de nosotros mismos tiernamente en respuesta a nuestro sufrimiento, nuestro corazón se abre. La compasión involucra nuestra capacidad para el amor, la sabiduría, el valor y la generosidad.

Es un estado mental y emocional ilimitado y sin dirección, arraigado en las grandes tradiciones espirituales del mundo, y a disposición de todas las personas por el simple hecho de ser humanos. (…)


Tomado de Kristin Neff. Artículo original publicado en Psychotherapy Networker  (traducción: Belén Giner).